lunes, 25 de marzo de 2013

Desayunos con merienda, ojo con los aditivos


Todos sabemos que ante las crisis el más débil es siempre el más vulnerable, de esto se hace eco el refranero español cuando dice que “en perro flaco todo son pulgas” y cuando se trata de nuestros hijos algo resuena en nuestro interior y nos dice que muchas cosas deben cambiar. La prensa  se está haciendo eco de cómo está afectando esta crisis a los menores y cómo éstos están acudiendo al colegio sin desayunar. Puesto que vivimos en un mundo lleno de contradicciones,  no debemos olvidar que  saltarse el desayuno es una práctica habitual que propicia la aparición de la figura del obeso desnutrido y que la solución no pasa sencillamente por evitar el desfallecimiento. Estos son aspectos a tener en cuenta en el colegio de nuestros hijos, como desde el Ayuntamiento de La Laguna  lo estamos teniendo presente, sobre todo con las siete escuelas infantiles con comedor a nuestro cargo.

¿Qué debemos tener presente?

La malnutrición no nos afecta igual a todos. La infancia, una etapa de pleno crecimiento, es el período más vulnerable, ya que en los niños la relación entre el alimento ingerido y su peso es muy superior. A esta problemática hay que añadir la falta de datos ya que los estudios se realizan en mayor  medida sobre los adultos. Las ingestas recomendadas de aditivos, por ejemplo, se establecen para la edad adulta, desconociéndose, en gran medida, cuáles deberían ser las recomendadas para los menores tal y como refleja una reciente revisión del Acta de la Sociedad de Nutrición de la Universidad de Dublín.
El metabolismo de los menores está en pleno desarrollo por lo que los órganos detoxificadores no están funcionando a pleno rendimiento, ni los órganos diana de los tóxicos se ven afectados por igual. No es de extrañar, por tanto, que en la actualidad esté en pleno debate y estudio la relación de los aditivos alimentarios con el aumento de hiperactividad observado en los niños, en especial con los colorantes. Por eso, cuando se recomienda “zumos y galletas”, como tentempié a media mañana, hay que hacer especial hincapié en que los zumos deben ser naturales y las galletas, las  maría de toda la vida, son una fuente mejor de fibra. Es decir leer el etiquetado es fundamental, ya que las galletas son un alimento barato, con elevado valor calórico, con azúcares y en la que, sobre todo las blandas, tienen una elevada proporción de grasas, muchas de las cuales son saturadas, es decir, que conllevan un potencial riesgo cardiovascular.
Pero sobre todo no nos debemos de olvidar que el desayuno, a estas edades, es con diferencia la comida más importante   y debe ser acorde con la alimentación del resto del día.