Los ensayos genéticos tienen mala prensa, se
consideran artificiosos y excesivamente novedosos. Realmente son tan
artificiosos como han podido serlo la selección para mejoras de de los cultivos que
se han hecho desde tiempos inmemoriales y, como todo ensayo, han sufrido su
conveniente evolución.
Cuando se decidió premiar el año pasado a SergioMoreno, Canario de Gáldar, formado en sus primeros años en la facultad de
farmacia de la Universidad de La Laguna con el premio Canarias de
Investigación, me confirmó la existencia real de esas personas agraciadas con
el don de la genialidad. En la entrega del premio quiso dejar bien claro su
procedencia de orígen humilde y el agradecimiento de poder haber recibido becas
de estudio desde temprana edad. Ha dedicado su vida a la investigación en
genética, una ciencia que ya desde sus comienzos, a mediados del XIX con Mendel,
prometía grandes logros, y como nos describía el Dr.Moreno-, el elixir de la vida lo
tenemos ya al alcance de la mano. De la investigación sobre el cáncer se ha
pasado a la investigación sobre la longevidad, y con una publicación reciente
en Science nos quiso ilustrar sobre la posibilidad real de aislar factores de
rejuvenecimiento de individuos jóvenes capaces de revertir el envejecimiento de
otros adultos. Con un experimento que nos puede parecer un tanto macabro,
uniendo los sistemas circulatorios de dos ratas, una joven y otra adulta, se ha
podido comprobar el rejuvenecimiento de la mayor. Este modelo experimental que
tiene más de 150 años se ha actualizado con el nombre parabiosis. El avance lo
ha producido el aislamiento de una proteína GDF11 que presenta los
mismos efectos. Aunque son ensayos muy preliminares, sí ilustra las
posibilidades que nos da la genética en aspectos como el Alzheimer,
disfunciones de órganos etc.
Otro campo en el que ha
demostrado la genética sus enormes posibilidades es en el campo de la nutrición.
Todos somos conscientes de que una misma alimentación no nos afecta a todos por
igual. En esta interacción entre la dieta y los genes es en lo que ha estado
trabajando el proyecto europeo Food4Me que acaba de concluir y publicar su
libro blanco. Este estudio demuestra que el asesoramiento nutricional
personalizado es más eficaz para mejorar la conducta alimentaria que el
convencional tratando a toda la población por igual. Por novedoso que nos
parezca no debemos de olvidar que se cumplen más de 6 décadas desde que el
bioquímico americano Roger J Williams (1893-1988), al descubrir el ácido
pantoténico y dar nombre al ácido fólico como vitamina B, introdujo este
concepto de enfermedad de orígen genético. El impulso más reciente se ha debido
al impacto que ha supuesto el logro del descifrado del código genético en el
año 2003.