martes, 22 de enero de 2013

TRANSPARENCIA AL CONSUMIDOR, el aspartamo

La EFSA ha comenzado este nuevo año renovando su compromiso de transparencia en el acceso a datos por parte del consumidor, y lo hace de la mano de los dos productos que más controversia han generado, el de los transgénicos y el de los aditivos alimentarios, estos últimos representados por el edulcorante aspartamo, sin duda, uno de los aditivos más cuestionados, ambos productos estrechamente relacionados con Monsanto.

Pero, ¿qué son los aditivos alimentarios?

Un aditivo es una sustancia que, sin necesidad de tener propiedades nutricionales en sí misma, le confiere una mejora al alimento en apariencia, seguridad o conservación. Los aditivos se vienen utilizando en la cocina desde siempre y la industria lo único que ha hecho ha sido imitarla. Al consumidor se le transmite la información codificándolo con la letra E, y como toda sustancia añadida debe ser evauluado el balance riesgo-beneficio. Se determina experimentalmente un valor máximo en el que no se detecta efecto adverso alguno y con un margen de seguridad adecuado que suele oscilar en unas 100 veces se determina la Ingesta Diaria Admisible (IDA)que en el caso de aspartamo es de 40 mg/kg de peso corporal.

El aspartamo forma parte de los que se denominan edulcorantes intensos para diferenciarlos de los educorantes de volumen, los polioles como el manitol o sorbitol que sólo se utilizan en la industria. Estos edulcorantes intensos como la sacarina, el ciclamato, el aspartamo o la stevia le proporcionan un sabor dulce al alimento muy superior al propio azúcar y al no proporcionar calorías son muy utilizados en régimenes dietéticos, de tal forma que los 40 mg diarios admitidos para el aspartamo le confiere un poder edulcorante al alimento equivalente a medio kilogramo de azúcar. La explicación de que productos tan diferentes químicamente tengan el mismo efecto se debe a la configuración tridimensional de sus moléculas y como afecta la misma en su interacción con las papilas gustativas.

Por tanto, si la ingesta diaria admitida para el aspartamo, con un margen de seguridad superior a 100 veces sobre la cantidad demostrada que no tiene efecto negativo alguno, equivale al poder edulcorante de medio kilogramo de azúcar.

¿En donde radica la controversia del aspartamo?

La controversia del aspartamo estuvo presente desde sus inicios al que se le achacó un déficit de rigor en la investigación de sus efectos secundarios. La base de dicha controversia hay que buscarla en los productos en los que se trasforma el aspartamo una vez es metabolizado en nuestro cuerpo. En concreto se trasforma en acido aspártico, fenilalanina y metanol. Mientras la fenilalanina esta contraindicada en aquellos pacientes que por un defecto genético no pueden metabolizarla, enfermedad a la que se le denomina fenilcetonuria, el metanol nos recuerda que al tranformarse en formaldehído puede tener efectos cancerígenos. Sin embargo, los detractores de esta posibilidad hacen incapié en el evidente olvido de los principios de Paracelso en el sentido de recordarnos que lo que hace tóxico al veneno es la cantidad. Por ejemplo la cantidad de fenilalanina que presenta la leche es cinco veces superior al que aportaria la bebidas edulcoradas con aspartamo y el jugo de tomate presenta tres veces más metanol que las mismas.

Sería pues evidente que lo que hay detrás de la controversia intereses económicos relacionados con los negocios del azúcar, si no fuese porque en el año 2005 un estudio italiano de la Fundación Ramazzini asociase efectos cancerígenos a ingestas de aspartamo a concentraciones inferiores a la IDA. Desde entonces han sido ya cuatro (2006-2007-2010-2011) las veces que la EFSA ha reevaluado y confirmado la seguridad del aspartamo, abriendo una quinta vez este año 2013 la reevaluación y el debate en torno a esta problemática.




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