martes, 14 de agosto de 2012

GASTRONOMIA 2.0, el sabor

De las pocas cosas que no se pueden hacer por internet es comer, y mucho menos comer con placer. Por mucho que los técnicos nos mantengamos firmes en destacar la importancia del etiquetado, las encuestas son claras y sabemos que los tres aspectos que condicionan el consumo son el precio, el tiempo y el sabor, sin embargo, lo que no se conoce nunca se valora y la información , por ello, es fundamental.
Estamos en agosto, el mes de las fiestas de mi pueblo, como el de la mayoría de los pueblos de España, el mes que haciendo honor al santo, nos dedicamos a tumbarnos a la bartola, como merecido premio a la recogida de la cosecha. Es momento para disfrutar apreciando lo que tenemos cerca, aprovechando la comida como el principal recurso para la comunicación y el placer.
Cambiar las actitudes en la adolescencia puede parecer utópico, a pesar de que es la que marca el resto de la vida, y en alimentación no nos percatamos que tenemos una herramienta ideal en nuestras manos si sabemos hacer llegar nuestra cultura gastronómica mediterránea a la juventud. Es uno de los objetivos que persigue los actos de dinamización comercial de las rutas de tapas que se llevan a cabo en el municipio.
Estemos en el cantábrico o en el atlántico, vayamos de pinchos o de guachinches, esa cultura es milenaria y tiene un prestigio internacional, plenamente reconocido, incluso, o sobre todo, en tierras de nadie donde las fronteras sirvieron para atraer influencias de otros lugares, no en vano mediterráneo significa “entre tierras”.
La gastronomía siempre fue la cara amable y placentera de la alimentación, la nutrición en cambio, ha sufrido incluso la desconfianza que generan los cambios de opiniones motivada por no comentar el balance de los riesgos y los beneficios. Es posible que nutricionalmente hablando sea el momento de recomendar las ensaladas, y decir que sus beneficios compensan en gran medida la posible presencia de los plaguicidas, que la presencia de pescado es fundamental en nuestra dieta a pesar de la posible existencia de mercurio o que la presencia de un buen vaso de vino en la mesa es indiscutible a pesar de ser una bebida hidroalcohólica, pero no lo es gastronómicamente, porque gastronomía debe ser ante todo placer y comunicación con creatividad. Esta creatividad en busca de nuevos sabores la han elevado a la categoría de arte y últimamente incluso al de ciencia con la que se ha venido en llamar GastronomíaMolecular (GM). Se presenta esta nueva rama de la ciencia con un futuro prometedor si entre sus hallazgos se encuentra una solución para la saciedad o sirva para aunar lo saludable con lo placentero.
Uno de los factores que más están incidiendo en la obesidad es el aumento del número de comidas que se hacen fuera del hogar. La GM nos podría ayudar en ese sentido porque no existe ninguna evidencia que nos diga que una alta palatabilidad conduzca a un mayor consumo, por el contrario, parecería más lógico, que nuestro nivel de saciedad se alcanzase antes con un alimento que nos gustase más. Otro aspecto con el que podría incidir es con el de su posible artificialidad, que no dejan de ser pura apreciación, como apreciación también es que el chocolate sea un producto natural, cuando es altamente procesado y por el contrario el E621, el glutamato monosódico sea artificial cuando lo tiene de forma natural el jamón ibérico, uno de los cuatro manjares reconocidos a nivel internacional, junto con el caviar, latrufa y el foie.




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